Las historias de Aquae Sulis I: La batalla de Watling Street

¿Qué cuentan las crónicas históricas acerca de esta batalla? ¿Qué personajes históricos intervienen en ella dirigiendo a cada bando en la contienda? ¿En qué época se desarrolla la batalla? Y, por último, ¿qué relación guarda con la novela "Aquae Sulis"?

Uno de los principales protagonistas de nuestro relato, Rupert, enigmático profesor de Historia que encandila a algunas y hace levantar sospechas a otras, en una de sus clases habla sobre esta batalla a sus alumnos de secundaria, y hace tan minuciosa descripción de la misma que sorprende a propios y extraños. La batalla se desarrolla en la Britania romana, en el año 60 de nuestra era y es referida por Rupert durante sus clases como la batalla que puso fin a la rebelión de la coalición de tribus indígenas, encabezada por la Reina de la tribu de los icenos: Boadicea o Boudica.

Aunque la localización precisa de la batalla no está muy clara, se cree que tuvo lugar entre el actual Londres y la antigua villa de Viroconium cercana al pueblo de Wroxeter, al noroeste de Londres, en una zona limítrofe con Gales y a unos 250 kilómetros de la capital. A la ruta que va desde Londres a la antigua Viroconium se la llama Watling Street. De ahí el nombre de la batalla, esto es, se denomina de esta manera porque se sabe que en algún punto a lo largo de este camino tuvo lugar el enfrentamiento. 

Los protagonistas de la batalla, líderes que guiaron a cada bando, fueron el gobernador romano Cayo Suetonio Paulino y la reina Boudica. El carisma de aquella mujer hizo que en torno a ella se aliaran tribus indígenas con la intención de parar los excesos y traiciones de los romanos. En ese sentido, es decir, como coalición de pueblos oriundos que luchan coaligados contra el invasor, recuerda a la batalla de Alesia entre Vercingetorix, líder de los galos, y Julio César. Watling Street, sin embargo,  se enmarca en una serie de campañas contra Londinium (Londres) y Camulodonum (Colchester) por parte de una despechada Boudica, tras ver cómo los romanos despreciaron un acuerdo para determinar la sucesión en el trono con el antiguo rey de los icenos, Prasutago. Y además para oprobio de la propia Boudica, incluso fue azotada y sus hijas violadas por los romanos al romper unilateralmente el acuerdo.

Por otro lado, Cayo Suetonio Paulino, a la sazón gobernador de Bitrania, mantuvo una política agresiva y de sometimiento de las tribus britanas. En su tarea contó con la colaboración del que sería conquistador absoluto de Britania: Cneo Julio Agrícola. Éste también participó en Watling Street y, como suegro del historiador Tácito que era, protagoniza la obra "Vida y muerte de Julio Agrícola" en la que se describe la contienda.

Rupert hace de cronista de aquella decisiva batalla para la romanización de Britania en la novela "Aquae Sulis"  de esta forma:


-         De todas las batallas en que participó Agrícola, hubo una que me gustaría destacar: la batalla de Watling Street - Rupert pasó a la siguiente diapositiva de la presentación, era la estatua de bronce de la Reina de la antigua tribu britana de los icenos, Boudica, existente en un puente de la ciudad –, aquella batalla fue una masacre para los ejércitos de las tribus indígenas, y eso que eran muy superiores en número, pero estaban muy desorganizados. Los romanos, cuando tomaron el control del terreno, actuaron sin piedad alguna, estaban más disciplinados y contaban con una gran experiencia. La zona donde se desarrolló la batalla fue hábilmente elegida por el gobernador de Britania, Cayo Suetonio Paulino. Éstos se apostaron en un desfiladero dejando los flancos cubiertos con las laderas y su retaguardia con un bosque, de esta forma era casi imposble coger desguarnecido alguno de sus lados. Al frente, en una llanura se disponían los miles de guerreros britanos que entre alaridos y gritos tarataban de intimidar a los romanos.

La verdad es que las habilidades oratorias de Rupert eran dignas de encomio, mantenía embelesada a toda la clase mientras daba los detalles de la historia al son de su peculiar narrativa. Ésta era la parte que más sorprendía a los alumnos, esto es, cuando entraba en el detalle que sólo puede dar un visionario o un testigo con dotes para describir los hechos. 


-         La reina Boudica o Boadicea era alguien excepcional – continuó Rupert relatando la batalla -,  era una mujer de gran empaque, decidida y valiente. Lo que había vivido desde que los romanos llegaron a la isla la había endurecido hasta el punto de perder toda sensibilidad hacia el sufrimiento. Ello quedó patente durante su participación en la masacre de Londinium, allí perecieron cientos de romanos que se habían establecido en el embrión de lo que sería Londres. Todo su ser clamaba venganza, por eso comandó la alianza de tribus que aquel día se enfrentaba a las legiones imperiales. Ella estaba montada en un carro guiado por dos caballos negros, se situaba justo detrás de una formación de carros en arco que había ordenado colocar en la retaguardia de las tropas indígenas junto a niños, mujeres y ancianos de las tribus que participaban en la coalición antirromana; en la vanguardia se colocaron las unidades de infantería, las cuales, movidas por un ardor desmedido avanzaron alocadamente camino del desfiladero donde se apostaban los legionarios romanos. Tras la primera acometida, los britanos se vieron atrapados en el desfiladero, esto permitió a los romanos lanzar un severo ataque de caballería e infantería. Los legionarios romanos, resguardados tras sus escudos, lanzaron una primera salva de lanzas, las llamadas pila, éstas se clavaban y doblaban en los escudos del enemigo, lo cual les impedía sacar la lanza, así que, por no soportar el peso del escudo con la lanza clavada se desprendían de éste quedando sin defensa. Ese momento fue aprovechado por los romanos, los cuales, avanzando protegidos por los escudos y armados con sus espadas o gladius, estoqueaban a los enemigos sin piedad  causándoles enormes daños.Muchos recibieron lanzazos en el pecho, alguno que otro vio traspasado su rostro por la pila. La primera envestida fue así frenada. Tras esto, Cayo Suetonio ordenó avanzar a las legiones y auxiliares que ocupaban el centro de la formación. Una segunda lluvia de lanzas cayó sobre los guerreros britanos que se retiraban desordenadamente. El problema vino cuando los soldados indígenas, en su retroceso, se vieron atrapados entre las legiones romanas, que cada vez avanzaban más y más, y los carros celtas con niños y mujeres. Aquello ya fue una masacre, muchos caían, se mezclaban combatientes, niños, ancianos y mujeres en una enorme masa informe de seres que se aplastaban unos a otros dominados por el  pánico;  mientras tanto, los romanos, por el centro, avanzaban protegidos por sus escudos  golpeando y traspasando con sus gladius a los enemigos. Lo más dantesco de todo era ver a los cientos de niños y mujeres abatidos por la crueldad con que se empleaban los legionarios, agarraban a los niños por el pelo, les alzaban la cabeza y pasaban la fina hoja de su gladius por el cuello haciendo que  les manara la sangre  como una fuente, entonces caían al suelo y a por otro más.

Os preguntaréis qué tiene que ver Watling Street con la novela. Eso es algo que averiguaréis con el avance de la misma. Tiene mucha relación con Rupert, con su peculiar experiencia, y al final sabréis qué liga a Rupert con aquella contienda definitiva para la romanización de Britania.

Aquí os dejo un vídeo en el que se dramatiza la batalla, al tiempo que es descrita y comentada por historiadores en el canal Historia.


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